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Mostrando entradas de diciembre 28, 2014

Alocución del Papa el 1 de enero antes del Ángelus

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días y buen año! En este primer día del año, en el clima gozoso, si bien frío,  de la Navidad, la Iglesia nos invita a fijar nuestra mirada de fe y de amor en la Madre de Jesús. En Ella, humilde mujer de Nazaret, “la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros” ( Jn 1, 14). Por eso es imposible separar la contemplación de Jesús, la Palabra de la vida que se ha hecho visible y tangible (cfr.  1 Jn  1,1), de la contemplación de María, que le ha dado su amor y su carne humana. Hoy escuchamos las palabras del apóstol Pablo: “Dios envió a su Hijo, nacido de una mujer” ( Gal  4,4). Aquel “nacido de una mujer” habla de manera esencial y por esto aún más fuerte de la verdadera humanidad del Hijo de Dios. Como afirma un Padre de la Iglesia, San Atanasio: “Nuestro Salvador fue verdaderamente hombre y de él vino la salvación de toda la humanidad” (Carta a Epíteto: PG 26). Pero San Pablo añade también: “Nacido bajo la ley” ( Gal  4, 4). Con esta expresión su

Los belenes de nuestra parroquia

Oración del fin de año

Señor, Dios... Dueño del tiempo y de la eternidad. Tuyo es el hoy y el mañana, el pasado y el futuro. Al terminar este año quiero darte gracias, por todo aquello que recibí de TI. Gracias por la vida y el amor, por las flores, el aire y el sol, por la alegría y el dolor, por cuanto fue posible y por lo que no pudo ser. Te ofrezco cuanto hice en este año. El trabajo que pude realizar, las cosas que pasaron por mis manos, y lo que con ellas pude construir. Te presento a las personas que a lo largo de estosmeses amé, las amistades nuevas y los antiguos amores, los más cercanos a mí, y los que están más lejos, los que me dieron su mano, y aquellos a los que pude ayudar. Con los que compartí la vida,  el trabajo, el dolor y la alegría. Pero también, Señor hoy quiero pedirte perdón. Perdón por el tiempo perdido, por el dinero mal gastado. Por la palabra inútil y el amor desperdiciado. Perdón por las obras vacías y por el trabajo mal hecho. Y perdón por vivir sin entusiasmo. También por la or